La anatomía del pulpo nos resulta muy interesante. Bien conocida por su gran cabeza y ocho brazos, esta criatura es capaz de moverse por el agua con velocidad y gracia. Mientras se mueve, sus ocho brazos se mueven detrás de él. Curiosamente cuando se pierde uno de los brazos por una lesión, en muy poco tiempo crece otro nuevo en su lugar.
Muchas personas se han sorprendido observando a un pulpo escabullirse por lugares demasiado pequeños en comparación con su tamaño. Esto es posible debido a que no tiene ningún esqueleto en su cuerpo. Suelen esconderse en hendiduras y orificios diminutos para evitar a los depredadores y no ser detectados en el agua.
La cabeza de un pulpo es muy grande, tiene un pico muy fuerte en la boca que a veces es difícil de notar y cada uno de los ocho brazos tiene pequeñas ventosas en los extremos. Si se cortara el cuerpo de un pulpo en la mitad, sería perfectamente simétrico en ambos lados.
La mayoría de las personas no lo saben, pero el pulpo tiene tres corazones. Dos de ellos bombean la sangre a través de las branquias hacia cada lado del cuerpo. El tercero es responsable de bombear la sangre a través del resto del cuerpo. Las branquias no se notan a menos que observemos su cuerpo detenidamente. Este órgano les ayuda con la respiración ya que el agua circula a través de ellas.
Los alimentos que consumen los pulpos pasan por un proceso muy interesante. Tienen que ser del tamaño de una mordida para pasar por el esófago. A partir de ahí se van al cerebro y luego pasan a través del tracto digestivo y al estómago. El estómago es un saco donde la comida se almacena temporalmente antes de que entre en su tracto digestivo. Tienen un tipo especial de glándulas que desencadena el proceso de digestión.
Otra glándula les permite crear y mantener el veneno que inyectan en sus presas para inmovilizarlas. Sin este proceso tendrían dificultades para cazar y alimentarse. Muchas veces se basan en su poderoso pico para romper las conchas de sus presas, pero cuando no pueden, tienen una capacidad de succión muy potente para sacarlas de la concha.
El sistema nervioso de un pulpo es controlado por el cerebro y es muy complejo. Lo interesante es que no tiene ningún órgano para la audición, es decir, los pulpos son sordos. Tienen un saco donde se produce la tinta que liberan para escapar del peligro. En realidad, quien se encarga de producir la tinta es una glándula. La cantidad de tinta depende de la especie de pulpo y el tamaño.
El pulpo puede realizar diferentes movimientos gracias a su anatomía general. A menudo se ven caminando a un ritmo pausado, arrastrándose por la flexión de los brazos en diferentes ángulos, nadando rápidamente para evitar el peligro o para capturar a su presa, o alejándose extremadamente rápido gracias a su sistema de propulsión a chorro.
La visión de un pulpo es muy buena y la utilizan para moverse mejor a través del agua o darse cuenta cuando tienen a un depredador cerca.
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