El pulpo tiene un cuerpo y un uso de los sentidos muy singulares. Todo esto es parte de lo que le ayuda a sobrevivir en su medio ambiente. El primer sentido al que haremos alusión es su visión. Los pulpos son capaces de ver muy bien tanto de día como de noche. No tienen problema para ver en las aguas oscuras y profundas de los océanos.
Tienen lo que se llama visión polarizada, lo que significa que reciben diferentes cantidades de luz. Muchos expertos creen que tienen la capacidad de controlar efectivamente la cantidad de luz que reciben y es por eso que pueden ver tan bien.
Algunos investigadores creen que su visión es en realidad lo que les permite tener el control sobre su pigmentación. Lo que ven es lo que les ayuda a determinar cómo se van a mezclar con el entorno. Obviamente la presencia de los depredadores potenciales también disparará la necesidad de transformarse a sí mismos por no ser detectados.
Los brazos de los pulpos tienen ventosas muy pequeñas. Estas se consideran como antenas altamente sensibles que permitan tocar el entorno y sentir sensaciones. El sentido del tacto que desarrollan a partir de estas antenas es increíble y les ayuda a obtener una mejor percepción de lo que los rodea.
Las ventosas también los ayudan a probar sus alimentos, ya que son muy exigentes cuando se trata de comer. Han sido observados mientras pasan de largo frente a diversos tipos de alimentos solo porque recuerdan que el sabor no les resulta atractivo. Incluso cuando están muy hambrientos prefieren no comer si lo que hay disponible no les agrada lo suficiente.
Los pulpos pueden oler muy bien gracias a los sensores que tiene en los extremos de sus brazos. Por eso a menudo van pegando sus brazos entre las grietas para identificar si hay algo al acecho escondido entre ellas. El hecho de que son animales muy curiosos también explica por qué usan tanto su sentido del olfato.
Estas criaturas son capaces de oler depredadores a mucha distancia y eso les da la oportunidad de trasladarse a lugares más seguros. Las habilidades con este sentido en particular varían en función de las especies. Algunos son capaces de oler mucho mejor que otros. Dado que sus brazos son una parte tan valiosa de sus sentidos, ellos tratan de hacer todo lo posible para protegerlos. A veces tienen que renunciar a uno de sus 8 brazos para liberarse de un depredador, pero increíblemente con el tiempo les vuelve a crecer otro brazo en el mismo lugar.
Pero todo no es perfecto para nuestro amigo marino, los pulpos no tienen ninguna capacidad para oír y por tanto, no utilizan la vocalización. A pesar de ser sordos, utilizan muy bien el resto de los sentidos para sobrevivir de la mejor manera. El hecho de que también son muy inteligentes les permite sacar más provecho de su olfato y su visión. Por ejemplo se acuerdan de los alimentos que saben bien y los que no.